Las aves migratorias pueden ser definidas como aquellas aves que se desplazan de ida y vuelta entre su sitio de reproducción y otra localidad, de manera cíclica, en épocas relativamente constantes (Naranjo citado en Ocampo-Peñuela, p. 199). Es precisamente tal característica única de desplazamiento en más de una localidad lo que las hace merecedoras de mayor protección de amenazas como la caza, el deterioro de su hábitat por invasión y contaminación humana, la tala de bosques, entre otros. En atención a ello, nace un convenio internacional global especializado en materia de protección, no únicamente de aves, sino de especies migratorias: El Convenio sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS). El mencionado acuerdo tiene por objetivo la protección de las especies migratorias, sus rutas de desplazamiento y el estado de conservación favorable de éstas.